Kristen Stewart ha provocado muchas críticas por haber dicho en entrevistas que el fanatismo hacia Crepúsculo de algún modo se ha apoderado de su vida, pero no sonaba tan enfadada en una nueva entrevista con la revista W. En una palabra, la escena de la boda en Crepúsculo: Amanecer fue "impresionante", dijo a W en la edición de septiembre. "Esta fue mi primera boda. Era una locura. Y extraño. La experiencia del vestido de novia fue algo grande. Me probé una versión del vestido, entonces fue modificar y retocar, alterar y modificar, y entonces estuvo listo. Fue la gran cosa".
"Fue importante", continúa. "El último libro de Crepúsculo está lleno de grandes cosas, cosas que la gente ha estado esperando durante tanto tiempo. Para mí, era ridículamente dramático: Me caso, doy a luz, el bebé tiene un ritmo de crecimiento increíblemente acelerado por el cual estamos todos muy preocupados, y le digo adiós a mi padre por última vez. Todo era grande. Nunca pude decir: 'Oh, estoy perdiendo este personaje'".
Y aunque todavía admite que la fama de Crepúsculo puede hacerla sentir incómoda, no suena como si quisiera intercambiar su trabajo en la franquicia por un estrellato de menor potencia.
"Me encantaría un vampiro", ríe Stewart. "Yo tenía 17 años cuando leí Crepúsculo, y en ese momento era tan perfecto para mí. El guión se trataba de chicos que creen que pueden manejar cosas que simplemente no pueden. Y lo van a hacer de todos modos. Porque... ¿por qué no? Simplemente torturarte a ti mismo. Me identifico con eso. Los vampiros son un tanto peligrosos, y a nosotras las chicas nos gusta ponernos a prueba".
La última entrega de la serie, adaptada de los libros de Stephenie Meyer, se ha dividido en dos partes, con Amanecer Parte I, que llegó a los cines el 18 de noviembre, y la segunda mitad, que se estrenará en 2012. Tras haber interpretado a Bella Swan de los 17 a los 21 años, Stewart esperaba tener un cierto tipo de "momento" cuando la saga de películas terminó, a pesar de que no salió como ella pensó.
"Yo pensaba: 'Oh, Dios mío, me pregunto cómo me voy a sentir'. Y la última escena en filmarse fue la boda. Cada personaje estaba allí en el set. Al final de ese día, yo estaba un poco alocada. Y por ello nunca tuve ese momento", recuerda Stewart. "En vez de eso, sucedió más tarde. Teníamos que filmar una escena más de la luna de miel y fuimos a las Islas Vírgenes. Después de esa escena, mi verdadera escena final, sentí como que podría salir disparada hasta en el cielo en la noche y cada poro de mi cuerpo dispararía luz. Me sentí más ligera de lo que nunca me he sentido en la vida".
Lee el resto de la entrevista de Kristen Stewart con la revista W en la edición de septiembre que saldrá a la venta el 23 de agosto.
